No hace tanto que acabé de leer Cómplices, libro escrito a la par por los periodistas Lirio Abbate y Peter Gómez, y en el que se cuentan los 40 años de clandestinidad de Bernardo Provenzano no como un episodio más de mafia, sino desde la pregunta más lógica: ¿Quién ha estado destrás de él? ¿Cúántas personas de las que felicitaron a la Policía tras la detención estaban en verdad en el grupo de protectores del mafioso de Corleone? El resultado del libro es más que satisfactorio. Primero, porque está más que documentado, y no hace concesiones a ninguna parte ni a ninguna ideología. Segundo, porque es una verdadera radiografía del problema de la criminalidad, que no está en ella misma, sino en quienes la alientan y la protegen no ya desde un ayutamiento, sino desde la primera tribuna del parlamento italiano, desde las empresas más reconocidas, desde los nombres más boyantes y aplaudidos de la industria y la banca.
Recorrer las páginas de Cómplices es encontrar muchos nombres, a veces quizá confusos, como alguien a dicho, para el público no italiano, obligado a memorizar muchas cosas para trazar el mapa correcto. Sin embargo, cuando uno está atento al quién, cuando uno conoce a los políticos/jueces/financieros que han dado ayuda a Provenzano en esta huida, el sentimiento de impotencia y vergüenza dura más que las muchas páginas del libro. Vuelvo a subrayar, porque creo que debe ser el objeto de este blog, que los pistoleros de la mafia no son sino los últimos monigotes de un sistema diseñado para ganar todo el dinero posible en un mismo territorio con el menor coste, administrando todos los bienes posibles y cobrando por ello. Un sistema sostenido por los grandes nombres de la política y la sociedad, aquellos a quienes Italia tiene en el poder. Nombres bendecidos por la Iglesia, sí, pero bendecidos también por la "moral ciudadana". Contra esto último, contra la indferencia del robo, de la corrupción y del crimen, ni toda la policía del mundo puede bastar.
6 comentarios:
El Actor Secundario está confuso, como suele ser habitual en él.
Llegará el día en que todos digamos la verdad, sin tapujos.
Perdone el autor la comparativa y salvando las distancias lógicas de la temática y el contenido pero el Actor Secundario ha concluido la biografía de A. Landa en la que se desmelena y habla de manera clara de unas cuantas cosas. ¿Es ese el camino?
¿Es la verdad el camino?
¿Cuánto nos costará decir que los políticos, la iglesia, los lobbies, los empresarios y un largo etcétera, controlan cada rincón del planeta y nos controlan a nosotros?
El actor secundario y el autor duermen tranquilos cada noche, con la conciencia plena y satisfecha.
El fiscal antimafia Gaetano Paci y el policía Antonino de Santis denuncian "cómo el apoyo a su trabajo es total sólo mientras acosan al ala militar y sucia de la Cosa Nostra. Sin embargo, cuando tocan la vertiente burguesa, empresarial, profesional y política, las cosas son diferentes” (citado en El País, 18-3-2007). En Italia y en España: sea cual sea el nombre de la mafia a la que nos enfrentemos, cuando se toca “la vertiente burguesa, empresarial, profesional y política, las cosas son diferentes”.
¿Me permites que cite íntegra tu reseña de Cómplices en la biblioteca de Trazado...? Coincidimos plenamente en todo lo que expresas en esta entrada. “La fuerza de una mafia –escribí el otro día- no radica en las pistolas ni en los explosivos: está en los despachos”.
Actor Secundario Bob: es la verdad el camino. Si hace falta, al final nos prepararemos no un Martini, como Landa, sino dos. Por cierto, hace una eternidad que no lo pruebo...
Gracias por los comentarios, queda dado el permiso para reproducir esta "reseña", espero poder ir poniendo más cositas. Un saludo
“Reseña”: ¿narración sucinta? ¿Noticia y examen de una obra literaria o científica? ¿Revista que se hace de la tropa? (!!!!) ¿Nota que se toma de los rasgos distintivos de una persona, animal o cosa para su identificación?
Diccionario de la R.A.E. y bromas aparte, gracias, Marcelo. Acabo de copiar tu "reseña" en Trazado...
Un abrazo (y que sean tres Martinis).
¿Porqué tanta aversión a la Mafia siciliana? Es una organización que se opone al Estado, otra organización que no es mejor que la primera, ¿o acaso el afán de los políticos (=mafiosos) no es el poder y el dinero?. El Estado tampoco duda en matar y extorsionar, sólo que se autoinviste de una legitimidad más que dudosa, pero al igual que la Mafia, su negocio es la protección, el tráfico de drogas (alcohol, tabaco, etc), tráfico de armas, explotación de los débiles, el pizzo indiscriminado, etc. Así que no seamos hipócritas y reconozcamos que al menos la Mafia y sus hombres plantan cara al la otra mafia-Estado. Vienen a decir u maffiossi, más vale vivir 1 año como un Rey que cien como un buey, y yo les aplaudo y les apoyo
Gracias por su comentario. Semejante afirmación, que la mafia sea un estado frente al Estado, no tiene razón de ser. La llamada afia convive perfectamente con el Estado, y ni mucho menos pretende suplantarlo, pero sí se aprovechaá de su debilidad. La corrupción es tan antigua como la gestión de la cosa pública por parte de las sociedades humanas, pero eso no quiere decir que no se peuda aspirar a un Estado honesto y honrado. Desde luego, la alternativa, o el "mal menor" no puede ser una organización que no se preocupa en absoluto del bienestar de sus congéneres, cosa esta de sobra demostrada. Estos criminales no tienen ningún interés en el bien público, ni son leales, ni tienen unas reglas inquebrantables, ni falacias parecidas. Sólo buscan el bien propio, aunque se digan héroes frente al Estado o víctimas del mismo. Toda esa propaganda sobra, porque la realidad es otra. Le invito a visitar Sicilia, o Nápoles, y si ve allí más calidad de vida que en cualquier otra sociedad occidental le pago el viaje de regreso. Que haya déficit democrático y de ética en las sociedades que se han dotado de una gestión más o menos democrática no es óbice de pensar en que deban abolirse, o que aparezcan organizaciones como las englobadas en el término "mafia", sólo dedicadas al enriquecimiento. Más bien, es el sistema económico y no político el que alienta la corrupción, y es el sistema económico con la connivencia del poder político, financiero, industrial y religioso el que mantiene y permite actuar a organizaciones como Cosa Nostra. Quedo a su disposición
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