El asesinato de seis italianos en una pizzería de la ciudad alemana de Duisburgo vuelve a sacar a flote la presencia mafiosa más allá de las fronteras del sur de Italia. Sicilia, Campania, Apulia; tanto es lo mismo. Las organizaciones criminales basan su fuerza en su dominio del territorio a través del control del dinero, y el dinero nunca conoció fronteras. Lo triste, y como periodista me pilla de lleno, es que se siga informando de estas organizaciones como si se tratara de pistoleros, como si el mafioso fuera un señor con una pistola en la mano y sombrero en la cabeza. Nada es nuevo en este campo, y poco se puede descubrir. Quien haya metido el hocico en la cuestión sabrá que estos pistoleros están amparados y protegidos por el dinero, por el dinero de verdad. Por las grandes industrias, por las grandes sociedades que extienden sus manos hacia abajo hasta tocar el fango donde ocurren cosas como las de Duisburgo. Matar no está de moda. No da dinero, sino que lo quita. En la cuenta de beneficios las guerras entre familias, ndrinas o clanes no salen rentables a nadie, y allá arriba, donde está el poder de verdad, no gusta el ruido. Las matanzas en Calabria sin embargo destacan por ser así, espectaculares, golpes secos a la vieja usanza, sin un final seguro. Porque los hijos de los muertos y los nietos de los muertos tienen memoria. Imponer el control sobre el territorio es imponer una manera de hacer, la fuerza; hay que hacer saber quién manda. Arriba estas cosas se soportan, son males menores que en la medida de lo posible se tratan de evitar. No pasará nada, ni en Duisburgo ni en ningún lugar. Estará todo en silencio, no leeremos ni un solo renglón hasta que vuelva los muertos, la única parte visible de todo un mundo criminal en nuestros ojos. Y en Europa.
martes, agosto 21, 2007
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2 comentarios:
¿Y sobre esto?
EFE - 6 Noviembre 2007:
Hallan en el Júcar un cadáver con los pies encadenados a bloques de hormigón
Un pescador de Cullera ha hallado el cadáver de un hombre sumergido en el río Júcar y con varios bloques de hormigón encadenados a sus pies, según han informado fuentes de la Policía de esta localidad de la comarca valenciana de la Ribera Baixa.
La víctima del suceso, identificado como Raúl Oller, de 34 años, natural de Cullera y empleado en una fábrica de embutidos en Torrent, llevaba diez días desaparecido hasta que su cuerpo fue rescatado, pasadas las 14.00 horas del pasado domingo, en una zona conocida como L'Assut, entre los términos municipales de Sueca y Cullera.
Según las mismas fuentes, el cadáver fue hallado en una parte del río "de difícil acceso, que requiere un buen conocimiento del terreno".
Los primeros resultados de la necropsia practicada al cuerpo indican que Raúl Oller murió por disparos de armas de fuego, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana.
Durante los días en que permaneció desaparecido no dio "ninguna señal de vida a través del teléfono móvil" y su vehículo fue encontrado aparcado en la cercana población de Sollana.
Pues nada había oído sobre esta espeluznante noticia, que parece sacada de una novela, espero que las investigaciones policiales pongan algo en claro. Estaremos al tanto. Gracias
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