En los trágicos días de principios de los ochenta, los diarios de la siciliana Palermo titulaban sus portadas con un número: 30, 31, 32... eran las cifras de muertos por Cosa Nostra en lo que se llevaba de año, subrayando la ineficacia de cualquier tipo de medida para frenar la matanza. En estos días hemos visto algo parecido, solo que en Nápoles. Las cifras de muertos entre bandas y clanes rivales superan siempre los 120 ó 130 por año. A día 6 de noviembre, este año 2006 son ya 76. Sin embargo, la 'coincidencia' o no coincidencia de 12 muertes en poco más de una semana ha dado alas para situar de nuevo el problema de la criminalidad organziada como problema público y social del que hacerse eco. Como siempre ocurre, los problemas del sur italiano se reducen a unos cuantos muertos en las calles de cualquier ciudad.
Los diarios del grupo Vocento publicaban estos días un reportaje que va un poco más allá, y señala antwe todo que, independientemente de que hoy o mañana muera alguien en las calles de cualquier ciudad del sur, la vida cotidiana está marcada por la extorsión, el miedo y el subdesarrollo que implican el gobierno de las mafias.
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